Desde hace mucho tiempo he escuchado que perfecto SOLO ES DIOS, y no estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, porque si bien es cierto Dios es perfecto, y si alguien perfecto hace algo, ese algo que hace o crea por ende también tiene que ser perfecto. Donde se le habrá caído la lógica o la razón al que dijo esto ‘Solo dios es perfecto’
Cuando venimos al mundo nacemos siendo perfectos, y si no me creen la prueba es que cada uno de nosotros nacemos con alma; nuestras almas son el sello indeleble que muestran y comprueban nuestra perfección como seres humanos.
Somos como un vaso, como el más fino, delicado y costoso vaso del mundo entero. Lo tenemos todo, somos la obra de arte inédita por el único autor por excelencia perfecto, Dios. El problema es, que nosotros llenamos y cubrimos ese vaso de tanta porquería que da pena, que da asco, uno ya no puede distinguir ni siquiera el color del vaso.
Nosotros que nacemos completos, con todos nuestros órganos, con dos manos, con dos pies con todo, somos perfectos y los que nacen con un órgano menos, los que no ven o no escuchan también son perfectos, porque fue el más perfecto de todos quien nos creo, y él no se equivoca. Tanto es así que puso en la cabeza de los hombres un cerebro para ayudar y servir a los demás.
Somos tan perfectos y no nos damos cuenta, nos miramos al espejo y vemos todo, absolutamente todo, excepto lo perfecto que Dios nos creo. Nos hizo tan perfectos que el dinero, el poder y todas las cosas del mundo se quedan cortas para nosotros, tan cortas que nunca nos llenaran ni saciaran nuestra alma, que es nuestro sello de perfección.
Es curioso como buscamos y buscamos por todos lados para alcanzar la perfección, pero como hemos visto siempre, mientras más buscamos en el mundo menos encontramos, lo que eso significa es, que afuera no hay nada, absolutamente nada, solo en nosotros mismos, en nuestro interior podemos encontrar todo lo que necesitamos, solo en nuestras almas encontramos nuestro sellos de perfección perpetua inmortal de nuestras vidas.
Espero que desde este día en adelante, el camino que marque y trace en mi vida sea dedicado a sacar, quitar y limpiar ese vaso, para poder volver a vislumbrar aunque sea su color original.
Solo con el hecho de saber que soy creación del Dios, tengo la certeza de lo perfecto que soy.
Cuando venimos al mundo nacemos siendo perfectos, y si no me creen la prueba es que cada uno de nosotros nacemos con alma; nuestras almas son el sello indeleble que muestran y comprueban nuestra perfección como seres humanos.
Somos como un vaso, como el más fino, delicado y costoso vaso del mundo entero. Lo tenemos todo, somos la obra de arte inédita por el único autor por excelencia perfecto, Dios. El problema es, que nosotros llenamos y cubrimos ese vaso de tanta porquería que da pena, que da asco, uno ya no puede distinguir ni siquiera el color del vaso.
Nosotros que nacemos completos, con todos nuestros órganos, con dos manos, con dos pies con todo, somos perfectos y los que nacen con un órgano menos, los que no ven o no escuchan también son perfectos, porque fue el más perfecto de todos quien nos creo, y él no se equivoca. Tanto es así que puso en la cabeza de los hombres un cerebro para ayudar y servir a los demás.
Somos tan perfectos y no nos damos cuenta, nos miramos al espejo y vemos todo, absolutamente todo, excepto lo perfecto que Dios nos creo. Nos hizo tan perfectos que el dinero, el poder y todas las cosas del mundo se quedan cortas para nosotros, tan cortas que nunca nos llenaran ni saciaran nuestra alma, que es nuestro sello de perfección.
Es curioso como buscamos y buscamos por todos lados para alcanzar la perfección, pero como hemos visto siempre, mientras más buscamos en el mundo menos encontramos, lo que eso significa es, que afuera no hay nada, absolutamente nada, solo en nosotros mismos, en nuestro interior podemos encontrar todo lo que necesitamos, solo en nuestras almas encontramos nuestro sellos de perfección perpetua inmortal de nuestras vidas.
Espero que desde este día en adelante, el camino que marque y trace en mi vida sea dedicado a sacar, quitar y limpiar ese vaso, para poder volver a vislumbrar aunque sea su color original.
Solo con el hecho de saber que soy creación del Dios, tengo la certeza de lo perfecto que soy.
Griska Nurse
22/10/2009
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